Sobre la elaboración de las mezclas de concreto se han realizado muchos trabajos teóricos, pero también buena parte del conocimiento del tema se ha obtenido por procedimientos empíricos. A la hora de diseñar una mezcla de concreto se toma en cuenta ciertas consideraciones básicas. Principalmente se busca una resistencia a compresión para una edad fijada así y una manejabilidad adecuada para un tiempo determinado. Las mezclas se deben elaborar para estado fresco así como para estado endurecido. Las principales exigencias a tomar en cuenta son:
- Manejabilidad. Esta dependerá sobre todo de las propiedades y las características de los elementos de la mezcla y de la calidad del cemento. Si se necesita mejorar manejabilidad, puede optarse por aumentar la cantidad de mortero. Mientras que adicionar agua sería contraproducente en este caso, desmejorando la calidad del producto.
- Resistencia y durabilidad. El concreto se diseña para una resistencia mínima a compresión. Pero cuando hay una máxima relación agua-cemento y hay condicionamiento de la cantidad de material cementante, entonces se presentan ciertas limitaciones. Por lo que es esencial, que los requisitos sean mutuamente compatibles. También puede presentarse que la relación agua-material cementante sea una de las características más importante debido a la durabilidad. Si hay especificaciones sobre la durabilidad del concreto, debido a temas como el congelamiento, el deshielo, los ataques químicos, entre otros, entonces la relación agua-cemento, la cantidad mínima de cemento, así como el uso de aditivos, son pieza clave para la elaboración de la mezcla.
- Economía. Los materiales, el equipo y la mano de obra utilizados serán los que darán el costo de una mezcla de concreto. Los materiales pueden variar de costo debido a que el cemento por kilo tiene un precio mayor al de los agregados, por lo que la proporción de estos minimiza la cantidad usada de cemento sin que se tenga que sacrificar las propiedades del concreto, como la resistencia.