Un muro de contención es una estructura que tiene como propósito retener o sujetar algún material. Por ejemplo, en muchos casos se emplean estos muros para detener masas de tierra que se van soltando naturalmente. Los tipos de muros de contención que se usan con mayor frecuencia son:
- Muros de Gravedad: Su formación se basa en hormigón, la resistencia de este muro es conseguida debido al peso del muro. Aunque puede tener cimientos, en la mayoría de los casos carece de ellos. Este tipo de muro no van armado, por lo que suelen ser una solución muy económica y práctica.
- Muros de Ménsula: Se trata del muro que suele usarse con mucha más frecuencia. La razón, se debe a que es un muro de 10 a 12 metros de altura de fabricación muy económica. Sus costos dependerán de la excavación, el hormigón, el acero, del encofrado y el relleno.
- Muros contrafuertes: A diferencia del muro Ménsula, este conlleva un procedimiento de encofrado y de hormigonado un poco más complicado.
- Muros de bandeja: El propósito de este tipo de muro de contención, se centra en contrarrestar parte del momento flector que se resiste, para ello, coloca bandejas de diferentes alturas. Su funcionalidad se basa en el que se produce momentos de sentido contrario.
- Muros Cribas y muros prefabricados: Por medio, de piezas prefabricas de diversos tipos de hormigón se crea una red que se rellenará en el mismo suelo.
- Muro de contención de Sótano: Colocando pilares sobre los muros se busca crear un soporte ante las cargas de las plantas superiores.
Los muros de contención son construcciones que crea un cerramiento, con el propósito de soportar los esfuerzos causados por el empuje de la tierra. En muchos casos, se emplean para contener líquidos.